Hay una máxima que dice que cuando algo va bien, mejor no cambiarlo. Ejemplos como los nuevos Golf y A3 lo dejan claro, y tal vez por eso es algo sorprendente lo mucho que ha cambiado el urbano deportivo por excelencia, el Renault Clio RS. La nueva generación ya está aquí cargada de sustanciales variaciones.
Oculto bajo el aspecto del nuevo Clio, que por cierto solo se ofrece con carrocería de 5 puertas (primer escollo, y de importancia dado el tipo de coche que es) se esconde su nuevo propulsor de 1.6 litros dotado de inyección directa y turbocompresor, adiós para siempre al 2.0 litros atmosférico. Este convertía ya al RS en una rareza, que lo hacía sumamente atractivo para muchos.
Aunque el cambio era casi obligado por cuestiones de eficiencia (anuncia hasta 2 litros menos de consumo medio, lo que lo dejará en unos 6 l/100 Km), bien podía haber venido acompañado de un incremento de potencia. Pero no, el nuevo Clio RS entrega 200 CV a 6.000 rpm a la vez que ofrece una cifra de par de 240 Nm entre 1.750 rpm y 5.600 rpm.
El último cambio de peso se da en la transmisión, adiós también al cambio manual. El nuevo EDC de doble embrague y 6 relaciones coloca al Clio entre los deportivos serios, siendo capaz de realizar los cambios en 150 milisegundos, pero pierde un valor todavía demandado en su categoría.
Lo que no ha cambiado es la posibilidad de escoger el chasis Cup, una opción que hace al Clio más rígido en sus tarados de suspensión (concretamente un 15% más) y lo deja 5 mm más cerca del suelo. Opción perfecta para combinar con su modo de conducción Race, el más radical de los 3 seleccionables mediante un botón en el salpicadero, que cambian la respuesta de motor, cambio, dirección y controles electrónicos.
Al igual que el resto de la gama Clio, el RS puede montar también el R-Sound Effect un sistema que actúa sobre los altavoces del coche para acentuar el sonido del motor. ¿Realmente el nuevo Clio RS necesita esto? Esperemos que no, o tal vez el trono de los urbanos deportivos corone un nuevo rey.
